martes, 15 de mayo de 2012

El Tiempo

 El tiempo es una de las herramientas para la manipulación humana más ambiciosas que jamás podría inventarse. No puede ser visto (pues en realidad no existe), pero es tan fácil de representar (relojes) que terminamos creyendo en él sin la menor pizca de valentía para contradecirlo o refutarlo.
 Con el tiempo incrustado de manera irreversible en nuestras mentes (una vez insertado en nuestras ideas, JAMÁS puede ser removido... O si encuentran una manera de hacerlo, por favor denla a conocer) nos dicen a qué hora comer, a qué hora dormir, cuándo debemos sentirnos viejos, cuándo somos jóvenes... Toda nuestras vida gira alrededor del tiempo; de los segundos, los minutos, las horas, los días, las semanas, los meses...
 ¿Qué clase de vida llevamos? ¿Lo natural no sería comer cuando se tiene hambre y dormir cuando se tiene sueño? Exploto estos dos ejemplos porque son los más comunes y sencillos de comprender.
 Tenemos 5 años y debemos ir al jardín; tenemos 15 y tenemos que estar en la edad del pavo; tenemos 20 años y debemos ir a la universidad; tenemos 25 años y tenemos que estar trabajando; tenemos 30 años y tenemos que estar casados; tenemos 40 años y ya tenemos que dejar de hacer deportes; tenemos 50 años y tenemos que ser abuelos; tenemos 60 años y tenemos que ser viejos con poca movilidad; tenemos 70 años y tenemos que esperar la muerte sin molestar a los demás... Millones de "reglas" estúpidas (que vaya a saber quién las inventó) van tomadas de la mano con el tiempo, una creación casi involuntaria del ser humano para sentirse en algún lugar, para sentir que sus recuerdos son reales y que su vida tiene un pasado y un futuro. El poder de este farsante llega tan lejos que incluso transforma las palabras que utilizo para nombrar su inexistencia: "fui", "soy", "seré"... El tiempo también manipula nuestro lenguaje, y eso hace muy pero muy complicado eliminarlo de nuestras vidas.
 Vivimos pendientes de la dirección en que apuntan las manecillas del reloj y creemos que tenemos controlados todos los momentos, que hay cosas que ya hemos hecho y otras que estamos por hacer. Creemos que antes del presente estuvo el pasado y luego vendrá el futuro, pero estas dos entidades creadas por el tiempo son tan inexistentes como él. ¿Alguna vez han vivido el pasado? ¿O el futuro? ¿Alguna vez se salieron del presente para echarle un vistazo a lo que hicieron o estaban por hacer? De   ese famoso triunvirato (pasado-presente-futuro), sólo existe la palabra del medio, porque a diferencia de "ahora" (palabra que puede ser considerada como su sinónimo), no guarda relación alguna con el tiempo, sino que en realidad se refiere al acto de "estar", de "ser"...

miércoles, 9 de mayo de 2012

¿Qué es el "amor"?

 Siempre me pregunté qué es el amor. De niño la sociedad, la televisión y mis propios padres me forzaron a creer que era caminar de la mano con alguien, darse besos, abrazos, mirar el atardecer en una playa con la persona amada y cosas así. El tiempo pasó e ideas propias comenzaron a surgir en mi mente, así que hace unos años creí haber resuelto la incógnita: “Amor es encontrar en la felicidad ajena la propia felicidad”.

 Sin embargo, aquella definición que inventé no bastó para conformarme durante mucho tiempo, así que luego le hice unos cambios: “Amor es desear y perseguir la felicidad ajena”.

 Hoy, vuelvo a poner en el blanco de mi atención y mi crítica a esa segunda definición que formulé. Recién hoy se me ocurre dejar de divagar y colocar al “amor” en el lugar en el que tiene que estar, y juzgarlo como lo que es: una palabra.

 Al parecer, la mayor parte de las fuentes concuerda en que Amor proviene del latín “amor”, que a su vez deriva de la raíz indoeuropea “amma” (voz infantil para llamar a la madre), más el sufijo –or (efecto o resultado).

 Analizando esto, ¿qué clase de significado podemos otorgarle a la palabra? ¿“Resultado de llamar a la madre”? Si fuera así, podríamos interpretar a “amor” como un sinónimo directo de “nacer”, y automáticamente podríamos relacionarlo con “vida”, “existencia”, “vitalidad”.

 Pero extendiéndonos un poco más, podemos descubrir que el sufijo –or también puede indicar una cualidad. Aún con este cambio, el significado de la palabra no se vería muy modificado. En todo caso, querría decir algo como “cualidad para llamar a la madre”. Además de “nacer”, “llamar a la madre” podría referirse también a un acto de cobardía o más bien a un pedido de ayuda. Con esto, podríamos formar más posibles definiciones::
 • “Amor es la cualidad de nacer”: esto podría significar la capacidad de un “yo superior”, una esencia, algo como lo que llaman “alma”, que tiene la capacidad suficiente para nacer.
 • “Amor es la cualidad de pedir ayuda”: podría referirse a una tendencia a pedir ayuda, a sentirse incapaz.

 Llegar a otras definiciones sólo depende de la interpretación que le demos a “amma”, es decir, “llamar a la madre”.

 Así, analizado de una manera extremadamente subjetiva, sólo puedo llegar a la conclusión de que el “amor es la fuerza, energía, reacción, razón, cualidad, situación, entidad, deidad, virtud, poder, ente, esencia, sustancia o naturaleza que permite que nazcamos y/o vivamos.”

 Hace tiempo que venía pensando que el amor no tenía nada que ver con un sentimiento humano porque la idea era demasiado grande como para que podamos si quiera imaginarla. “Amar” es un verbo que le quedaba enorme incluso a las personas más evolucionadas.

 Tal vez no sea la definición más literal, o incluso acertada, pero es a la que llego desde mi interpretación, desde el retorcido sitio desde donde veo al mundo y todo lo que sucede en él.

 Aclaración: Que “amor” represente una especie de entidad o fuerza, no quiere decir que esta realmente exista, creer en ella depende absolutamente de nosotros.

lunes, 7 de mayo de 2012

Fragmentos #2

 —¿Alguna vez pensaste en cómo son las nubes arriba? —le preguntó la niña viendo cómo una se estiraba muy por encima de su cabeza.
 —No entiendo —le aclaró su compañero arrugando la frente.
 —Me refiero a la parte de arriba de las nubes, la que no vemos.
 —Mmm… No, pero creo que deben ser muy parecidas a como son abajo.
 —¿Tú crees? Una vez leí que arriba de las nubes hay ciudades enteras y que en ellas viven los ángeles. ¿Crees que existan los ángeles?
 —No lo sé, nunca pensé en eso.
 El pequeño niño siempre había creído en Dios, siempre le pedía que lo ayudase a él y a su madre, y siempre lo culpaba de todo ese mal que lo perseguía, pero nunca se había detenido a analizar la existencia de seres más pequeños que Dios y más grandes que él.
 —Hay veces que quisiera creer en ellos, pero estoy segura de que no existen.
 —Pero si existe Dios, debe ser que también existen ellos.
 —Tampoco creo que Dios exista.
 El niño se levantó abruptamente, como si el mismísimo suelo bajo su espalda lo hubiese empujado.
 —¿Lo dices en serio? ¡Claro que existe! —le vociferó y ella lo miró sorprendida. —Tal vez cuando estoy muy enojado o triste digo que no, pero siempre estoy seguro de que Él existe.
 —Entonces, si es verdad que existe… ¿Crees que Dios es bueno?
 De una forma calmada, contraria a la manera en que se había levantado, regresó su espalda a la gramilla.
 —Creo que sí, aunque a veces no entendamos por qué hace las cosas.
 Tras la respuesta del niño, ambos mantuvieron el silencio y se concentraron en ver cómo las rápidas ráfagas de las alturas transformaban el vapor de las nubes y lentamente las iba deshaciendo. En ese momento era demasiado sádico pensar que había ciudades sobre ellas.

sábado, 5 de mayo de 2012

Retorno

Despierta en mis brazos y hacia el cielo mira,
Aunque la muerte no perdió has regresado a la vida.
Alas que no pueden volar son las que te han dado,
Ábrelas igual, aunque no lleven a ningún lado.

Has vencido al tiempo y la verdad,
Has matado una mentira inmortal.

Las heridas de ayer hoy no son ni cicatrices,
El edén quiere llorar, te ruega que lo pises.
Te ha prometido más plumas para que puedas volar,
Pero sabes que no habrá suelo donde aterrizar.

Tu hogar está aquí bajo el Sol,
Donde conviven odio y amor.
Has vencido al tiempo y la verdad,
Has matado una mentira inmortal.