Cada domingo miro de reojo a mi pequeña maquinita de afeitar y pienso: "Parece que está demasiado cómoda como para molestarla...".
-Está bien, déjame aquí entonces, pero luego no te arrepientas cuando estés frente al espejo... - me responde después de leer mis pensamientos...
A veces me convence, a veces no...
No hay comentarios:
Publicar un comentario