Hay algo fascinante en subir a la carretera. No importa si al final no te espera un emocionante lugar al que nunca has ido, es un mundo de transición entre el lugar que ves todos los días y el resto del mundo.
Es relajante abrir las ventanillas y sentir el viento durante horas mientras observas cómo va cambiando el paisaje.
Es gratificante detenerse en una estación de servicio y ver a una considerable cantidad de personas, todas de distintos lugares y con distintos destinos, pero unidas en ese pequeño lugar.
El viajar libera una suave adrenalina que es única, incomparable con cualquier otra sensación.
¡Me encanta viajar!
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