La siguiente es una improvisación que escribí para cumplir con una tarea del colegio, para la asignatura Filosofía.
Desde mi punto de vista, todos los seres
vivos son en dos partes: una es su forma de ser, y la otra su manera de ser.
La forma de ser sería su cuerpo, y la manera
de ser sería su comportamiento. Sin embargo, muy generalmente, definimos la
identidad de los seres según su cuerpo más que su comportamiento; es decir, a
un individuo con cuerpo de león que come sólo hierbas, por ejemplo, seguiríamos
considerándolo un león, aunque su comportamiento sea ajeno al de tal. Esto se
debe a que la manera de ser de cualquier tipo de individuo, no depende sólo de
su forma, sino también de su entorno, de los demás seres vivos e inertes que lo
rodeen.
Para empezar a hablar específicamente del
hombre, me parece conveniente hacer una distinción entre lo que es realmente un
“hombre” y lo que es en realidad un “humano”. Entonces, podría decir que el
“humano” es el homo sapiens en su estado más natural, el ser que busca la
manera de sobrellevar y disfrutar su vida entre todos los demás seres del
universo; y el “hombre” es el homo sapiens alejado de su estado más natural,
incorporado plenamente al estilo de vida de la gran sociedad.
El humano no es necesariamente un homo
sapiens aislado en medio de la selva, el desierto o las planicies, como un
animal salvaje más. Es un ser que comprende su diminuto puesto en medio de la
naturaleza, que entiende y acepta que es tan sólo un individuo más. Su egoísmo
no va más allá del necesario como método de supervivencia, pues sin él todos se
sacrificarían prematura e incoherentemente.
El hombre es el homo sapiens que, dándose
cuenta o no, por decisión propia o no, ha dejado de verse (o nunca se vio) como
un simple ser más de la naturaleza, y esto lo lleva a considerar que su puesto
en el universo es jerárquicamente más elevado que el de los demás. Su nivel de
egoísmo supera el necesario para la supervivencia, y por ello se vuelve
codicioso y calculador. Vive en sociedad porque esta puede ofrecerle una vida
más sencilla, y la utiliza como un medio para lograr las riquezas que anhela
(puede haber algunas abstractas entre ellas).
Entonces, lo que hace tan diferentes al
hombre y al humano, es su nivel de egoísmo. A partir de este, la manera en que
ven y viven la vida cambia por completo. Tienen objetivos y métodos diferentes.
Pero no debe haber confusión. No estoy
diciendo que uno de los dos es bueno y el otro es malo, o uno es mejor y el
otro es peor, sencillamente se trata de dos seres diferentes, porque, aunque
comparten su forma de ser (cuerpo), sus maneras de ser (comportamiento) son
ampliamente distintas.
Así queda claro que el comportamiento
mantiene cierta independencia del cuerpo, pues dos seres con el mismo cuerpo
pueden comportarse de manera totalmente diferente, pero, ¿hasta qué punto llega
esta independencia? Me refiero a más allá de los condicionantes físicos claros
(por ejemplo, un cuerpo sin alas no va a volar y un cuerpo sin extremidades no
va a caminar), a si esta “manera de ser” es algo así como una entidad que se
acopla a la “forma”, lo que algunos podrían llamar alma, o espíritu, o mente, o
esencia, o lo que fuese. Este es un asunto que sobrecarga mi cabeza cuando lo
pienso, y creo que nunca llegaré a una conclusión que me convenza.
Cuando me detengo a pensarlo, siento que
junto con la forma, la manera se acaba (mueren), pues esta podría ser sólo un
complejo sistema de reacciones químicas y eléctricas dentro del cuerpo, pero
debido a experiencias personales, se me hace imposible no considerar la
posibilidad de que una manera emigre de una forma a otra (lo que algunos llamarían
“reencarnación”, pero no me gusta usar conceptos como ese, pues las personas
les dan más significados de los que en realidad tienen, o sencillamente cada
uno los ve de una manera diferente, y casi siempre se generan malentendidos).
Es posible que la “manera de ser” se
encuentre conformada por un material miles o millones de veces más pequeño que
una partícula subatómica; una sustancia que podría pasar desapercibida para la
ciencia durante muchos siglos más. De esta manera podría pasar de un cuerpo a
otro, pero esta transmigración parece algo demasiado inverosímil: ¿cómo
sucedería? ¿en qué momento?
Por ahora, sólo puedo sostener que esta
manera es una consecuencia de la forma, algo que ocurre dentro del cuerpo y que
deja de ocurrir cuando el cuerpo deja de funcionar.
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